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por | 18 Sep 2021 | FREE, Preparación física

La capacidad diferenciadora en la potencia de los porteros: El stiffness.

Hoy deshacemos un falso mito: La fuerza que es capaz de desarrollar un portero no es únicamente consecuencia de la capacidad que tengan sus músculos de generar tensión. También depende, casi en igual medida, de la capacidad de sus tendones para volverse rígidos y almacenar energía elástico-explosiva. Este concepto es conocido como el “Stiffness”.

Estudios recientes en atletas olímpicos han llevado a los profesionales de la actividad física y el deporte a concluir que la fuerza, capacidad importantísima para el rendimiento y la prevención de lesiones, no depende únicamente de la tensión que sean capaces de generar los músculos sino que a su vez, depende de la sinergia que exista entre los mismos y la capacidad de volverse rígidos y almacenar energía elástico-explosiva de los tendones. Este concepto es conocido como “Stiffness”. La relación entre la fuerza muscular y el “stiffness” hay que entenderla como una cadena de eslabones, la cadena será tan fuerte como su eslabón más débil. Sí tenemos porteros con gran capacidad para generar fuerza muscular pero en cambio sus tendones son débiles, esta fuerza se perderá en gran medida y no veremos todo su potencial traducido en un mayor rendimiento para saltar y correr. Del mismo modo, sí sucede al contrario, sus tendones son fuertes pero sus músculos débiles, el resultado obtenido en saltos y carreras seguirá siendo más pobre de lo esperado.

 

 

Desde un paradigma científico, la rigidez hace referencia a la capacidad de deformación de un objeto, o un tendón en el caso del cuerpo humano, en relación a la cantidad de fuerza que actúa sobre el. Ahora bien, no hay que confundir un deportista rígido con poco flexible pues la gracia del asunto reside en que se puede ser ambos ya que la rigidez con la que dotamos a nuestros tendones es voluntaria pues somos nosotros quienes decidimos cuanto y cuando los volvemos rígidos.

Esa capacidad voluntaria es muy importante para los deportistas en general pues se ha demostrado que mejora la fuerza máxima y permite generar una mayor tasa de producción de fuerza. Esta circunstancia sucede gracias a que al volver rígido un tendón la fuerza generada por el músculo se traslada con mayor brevedad al hueso permitiendo mover más rápido la articulación.

Ahora bien,

 

¿En qué afecta esta capacidad al rendimiento del portero? Realmente el “Stiffness” juega un papel importante en las acciones específicas propias de la posición?

Como decíamos, se ha demostrado que los deportistas más laureados muestran mejores valores de “stiffness”, especialmente al entrar en contacto con el suelo al correr y saltar. Además, la diferencia entre estos valores resulta especialmente evidente cuando se compara la articulación del tobillo, considerada la más importante en el rendimiento en estas acciones. De aquí se deduce que se trata de una cualidad imprescindible en todos aquellos deportes que impliquen carreras, saltos, cambios de dirección, golpeos, etc; justo todo aquello que hace el portero.

Sí centramos nuestra atención en la ejecución técnica de algunos de los gestos específicos de la portería como la batida entenderemos porque puede llegar a ser tan determinante esta capacidad. Como vemos en la imagen, tras el paso clásico para batir, la última zona del cuerpo que queda en contacto con el suelo, es la punta del pie cuyo movimiento depende de la articulación del tobillo en gran medida.

Si este tobillo esta rodeando de tendones capaces de volverse rígidos a voluntad del portero, las batidas serán mucho más potentes y lejanas porque la trasferencia de fuerza entre los músculos y la articulación será rápida. Del mismo modo, esta circunstancia se da en muchas otras acciones como por ejemplo; la fase de despegue del pie en un salto, o los diferentes apoyos que se dan e un sprint realizado por el portero.

En todas estas acciones la capacidad del portero para batir, saltar o correr dependerá en gran medida de lo que venimos hablando. Sin duda los porteros que llegan a balones más escorados, blocan un juego aéreo más alto, o salen más rápido a interceptar un balón o a un uno contra uno, están dotados de mayor capacidad para generar rigidez en sus tendones.

 

¿Es el trabajo clásico de fuerza con pesas el más eficaz para mejorar la rigidez de nuestros tendones?

Si no es así,

¿Sabemos cómo incidir a través del entrenamiento en esta capacidad?

Está claro que aunque sea muy positivo, el entrenamiento clásico de fuerza con levantamiento de pesas no es la forma más eficaz de mejorar nuestros tendones. Para ello, los porteros necesitan llevar a cabo ejercicios explosivos como la pliometría. La misma no es más que generar un trabajo constante de estiramiento/acortamiento el cual va a producir que los tendones entren continuamente en una fase de rigidez-relajación. Cualquier ejercicio explosivo que implique una secuencia de saltos, multisaltos, desplazamientos, secuencias coordinativas, etc, resulta apropiado.

Aún así, existen materiales y recursos para incentivar este proceso de rigidez-relajación. Por ejemplo una idea que puede resultar válida es utilizar una cuña para realizar multisaltos unilaterales sobre ella pues el trabajo en saltos y batidas del portero normalmente es con una pierna. La cuña por su parte nos brinda un mayor rango de recorrido en dorsiflexión del tobillo llevando al portero a tener que generar mayor “stiffness” en el tendón de Aquiles para que no se le hunda el talón.

 

 

 

En conclusión, como hemos visto a lo largo del artículo, incidir sobre la capacidad de volverse rígidos en los tendones puede resultar determinante en el rendimiento de nuestros porteros. Por ello, además del ejemplo que aquí os dejamos, en la Comunidad PRO, realizaremos diferentes propuestas y con más ejemplos para tener una idea más asentada de cómo diseñar ejercicios que incidan sobre esta capacidad.

 

 

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